domingo, 12 de abril de 2020

ALEGRÍA EN EL PERDÓN

Hoy domingo 12 de abril de 2020, domingo de resurrección, día en el que todos los cristianos celebramos la resurrección de Cristo, es un domingo diferente, pues como ya todos sabemos este año no hemos podido celebrar la Cortesía y acompañar a Jesús junto a su madre la Virgen del Amor Hermoso para proclamar resurrección de Cristo y llenar de alegría las calles de Cieza.
Por eso, para endulzar la amarga Semana Santa que ya se despide, la cofradía del Stmo Cristo del Perdón tiene el placer de presentar una nueva adquisición musical, contribuyendo a engrandecer el patrimonio musical de la semana santa de Cieza y en particular el de nuestra Cofradía.
Desde la Cofradía del Stmo Cristo del Perdón y la Stma Virgen del Amor Hermoso y en particular desde su Junta Directiva queremos agradecer la colaboración desinteresada y la gratitud de Don Diego Molina Piñera compositor de la magnífica obra (diego no te preocupes, ya estrenaremos la marcha como se merece las circunstancia no nos lo han permitido). 
Mil Gracias.




Palabras dedicadas por E. C. G. Y la vida se detiene cuando un estandarte se alza al cielo sobre la multitud y otros diez se ponen en pie. Nadie respira en esos instantes, en los que los mil radios de la noria de las miradas convergen en el estandarte de la Junta, que nos mantiene en el umbral de La Cortesía un tiempo infinito en su brevedad, en el que uno querría quedarse a vivir. Porque cuando baja, y los Santos se saludan con alegría en el encuentro de la Resurrección, toda la emoción de los diez días de Pasión parece que nos reventara en las venas con una alegría indescriptible. Indescriptible, sí, salvo para uno de esos genios que saben expresar con su música lo que nadie podría definir con palabras lo suficientemente exactas. Así es el prodigio que ha fraguado Diego Molina Piñera, que ha encerrado en un pentagrama el inconfundible espíritu que domina la Esquina del Convento en la mañana de Pascua. Escuchada la pieza cualquier día, a cualquier hora, en cualquier punto del planeta, desde las primeras notas de “Alegría en el Perdón” parece que todo se llena de luz y de color, y de inmediato se materializan en el alma esos maravillosos tronos de salón de exuberantes tallas, que tan taladrados llevamos a la memoria, bailando ante nosotros en ordinario. Así arranca el pasodoble, luego de la fanfarria inicial: con una melodía que es como una sonrisa de felicidad plena, y que atrapa al que la escucha grabándose de inmediato en su recuerdo, y asegurando la condición de la pieza como un “clásico instantáneo”, como decían los melómanos de otros tiempos. Este primer tema musical se va desarrollando y mutando, ganando en complejidad, pero sin perder la elegancia formal y su permanente sentido de novedad. En el segundo tramo de la pieza, el músico entronca nítidamente con la tradición musical ciezana con un motivo melódico y armónico más discursivo, sereno en su radiante optimismo, que ilustra a la perfección el caminar menudo y la sonrisa discreta de la Stma. Virgen del Amor Hermoso. Y, en todo momento, brilla el esmero instrumental y la riqueza contrapuntística perfectamente reconocible en la trayectoria de Molina Piñera, que remata la obra con un forte final que subraya su carácter luminoso, como negándose a dar cabida a esa melancolía que aguarda escondida a la sombra de la Procesión del Resucitado. Así se ha ido dando forma, a lo largo de los años y los siglos, al extraordinario patrimonio de la Semana Santa ciezana: con fulgurantes destellos de genialidad, a veces venida de otros lugares; en otras muchas ocasiones, como esta, que hunde las raíces en esta tierra buscando en ella el alimento para su impulso creador. Y así queda, conservado para la eternidad, el hermoso resultado de esta aventura, con la que Diego Molina Piñera ha buscado honrar una vez más, con su música, la belleza de nuestra Pascua… y la profunda amistad que lo une con otro ciezano de corazón verdaderamente nazareno.